La boda de Patri y Miguel es una de mis favoritas de este año. Una boda en la que todo estaba acorde:
Familia divertida + amigos y amigas con ganas de juerga + novios guapísimos = Una boda súper bonita y divertida.
Comenzamos en casa de Miguel, un apasionado del campo y de los caballos. Las fotos en su finca nos dieron instantáneas tan bonitas como veis.
La casa de la novia, con todo lujo de detalles acordes a la ocasión, nos puso el trabajo más fácil. ¡Todo el mundo estaba radiante!
La Iglesia, con unos arreglos florales tan bonitos como la novia, nos dieron la bienvenida a la ceremonia de casamiento de una pareja, compenetrada y que con solo mirarse se dicen lo que se quieren. Los novios, nos regalaron miradas y sonrisas que hicieron las delicias de nuestras cámaras.
La celebración en una finca llena de sorpresas para ellos, bailes de caballos, grupos flamencos animaron una velada fantástica.
La postboda, como no podía faltar, dada su afición al mundo del caballo, la hicimos en una finca con unos paisajes otoñales preciosos metiendo en escena a sus caballos que nos dieron las fotos para completar un reportaje único.
Gracias chicos por compartir con vosotros vuestro gran día en el que nos hicisteis sentir invitadas de honor.